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Geología Tema IX Ing. Hugo Salas
Montaño
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depositados tienden a crecer aguas abajo, pero puede haber muchas interrupciones locales de esta
tendencia, debido a adiciones de derrubios gruesos por parte de afluentes o debido a deslizamientos y
desplomes de las márgenes.
2.4.- ALARGAMIENTO Y AHONDAMIENTO DE LOS VALLES
Juventud, Madurez y Senilidad de los ríos.-
Con todo lo dicho queda claro que el concepto original del ciclo de erosión en términos de un
levantamiento principal, seguido de una denudación persistente hacia un nivel de base estable, no se
corresponde con las condiciones reales que controlan el comportamiento de los ríos y el desarrollo de
los paisajes. El esquema de Davis se basaba en la opinión, entonces predominante, de que el
levantamiento de una región se producía dentro de un intervalo de tiempo que era corto en comparación
con los muchos millones de años requeridos para reducir la región a una penillanura.
La juventud, madurez y, vejez de los ríos y los paisajes difiere fundamentalmente de las etapas
sucesivas de, pongamos por caso, la vida humana. Una persona puede ser vieja, madura o joven pero no
las tres cosas a la vez. Los ríos y los paisajes sí pueden. Las aguas de cabecera de un río pueden aún ser
jóvenes, mientras que en el ancho valle del curso medio ya puede haberse alcanzado la madurez; y más
cerca del mar puede haberse desarrollado un amplio lecho de inundación con todas las características de
la senilidad. Con tiempo suficiente, los monótonos rasgos de la vejez avanzan tierra adentro desde los
llanos costeros, haciendo retroceder los escarpes y ensanchando los fondos de los valles.
Teóricamente, la etapa de juventud comienza con la disección de una meseta o de una región plegada
ondulada. Esencialmente, es el período durante el cual la forma del valle está sometida a un vigoroso
desarrollo, sobre todo en profundidad y en extensión de la cabecera por erosión ascendente. Los ríos
primitivos corren veloces y poseen gradientes irregulares. Lagos, rápidos, cascadas y gargantas
constituyen sus rasgos más característicos. En las regiones de plegamiento reciente, los ríos más
importantes ocupan los surcos sinclinales. La formación de afluentes es muy rápida durante la juventud
y son frecuentes las capturas fluviales. Los cursos de agua luchan por el espacio hasta que los
victoriosos adquieren valles y cuencas de alimentación bien definidos. Entre los valles principales
pueden mantenerse durante un tiempo residuos extensos de la superficie original, llamados interfluvios.
Exceptuando los casos en que éstos tienen una pendiente hacia fuera o están formados de rocas solubles
(como la caliza), apenas sufren erosión. En regiones de fuerte relieve y ríos muy distanciados entre sí,
los residuos pueden mantenerse mucho tiempo, incluso geológicamente hablando. Sin embargo,
necesariamente tienden a disminuir su extensión por ataque lateral, a medida que los escarpes que los
bordean o las laderas de los valles siguen retrocediendo a sus expensas.
El paisaje pasa de la juventud a la madurez cuando el relieve alcanza su máxima amplitud. A
excepción de los inicios de los lechos de inundación y de cualquier interfluvio residual entre las
cabeceras, toda la región está constituida por laderas. Se puede decir que los ríos, tramos concretos de
ellos, han alcanzado la madurez cuando se han suavizado las irregularidades de su perfil longitudinal, o
sea, cuando han alcanzado un perfil de equilibrio. No debe pensarse que paisajes y ríos alcanzan la
madurez simultáneamente, y ni siquiera que lleguen a estar alguna vez en la misma fase. En las
circunstancias geológicas actuales, es común que ríos que evidentemente se encuentran en la etapa de
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Estratigrafía – Geología de Bolivia 20